El origen de nuestras cajas de frutas es, tanto peninsular como americano, aunque en nuestros supermercados podemos encontrar referencias de algunos puntos concretos dependiendo del producto, de la línea comercial y de la empresa que las utiliza. Por lo general, las cajas son fabricadas y montadas en el mismo lugar en donde se obtiene y se vende el producto.
Obtenidas a partir de tablones aserrados previamente, sus piezas son cortadas con sierras de cinta de diente agudo, especialmente indicado para materiales blandos, consiguiendo tableados finos que se van uniendo luego con grapadoras industriales, en ocasiones también con máquinas de cosido que utilizan grandes bobinas de alambre, de modo que se fabrican en serie una enorme cantidad de cajas que son destinadas al lugar de embalaje del producto, donde se estampa la mayor parte de las veces, en sus maderas, el sello o logotipo de la empresa que podemos observar en los comercios del ramo, para dar salida a sus objetos de venta.
Obtenidas a partir de tablones aserrados previamente, sus piezas son cortadas con sierras de cinta de diente agudo, especialmente indicado para materiales blandos, consiguiendo tableados finos que se van uniendo luego con grapadoras industriales, en ocasiones también con máquinas de cosido que utilizan grandes bobinas de alambre, de modo que se fabrican en serie una enorme cantidad de cajas que son destinadas al lugar de embalaje del producto, donde se estampa la mayor parte de las veces, en sus maderas, el sello o logotipo de la empresa que podemos observar en los comercios del ramo, para dar salida a sus objetos de venta.





No hay comentarios:
Publicar un comentario